miércoles, 23 de marzo de 2011

NUESTRAS CREENCIAS

      
LAS SAGRADAS ESCRITURAS

La Santa Biblia es la Palabra de Dios, único lugar donde encontramos expuesta la verdad que conduce a la vida eterna. Por lo tanto, todas las doctrinas adventistas están basadas en ella como única regla de fe y conducta infalible e insustituible. En ella se expone con claridad el verdadero origen, historia y destino del hombre.


    LA  TRINIDAD

_ El Padre Eterno, un ser personal, espiritual, omnipotente, omnipresente, infinito en sabiduria y en amor.

_ Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, segunda persona de la Trinidad, de la misma naturaleza y esencia que el Padre, encarnado de la Virgen Maria por obra del Espiritu Santo, Salvador y Mediador entre Dios y el hombre.
_ El Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, representaante y vicario de Jesucristo en la tierra que hace posible la conversión del hombre.


    ORIGEN  Y  TRASCENDENCIA  DEL  HOMBRE

El hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza. Era un ser inteligente, libre y perfecto, pero la desobediencia introdujo en el mundo el pecado, y éste, la enfermedad, el sufrimiento y la muerte.
El hombre puede superar este destino fatal, mediante la resurrección, cuando Cristo venga por segunda vez en gloria y majestad.


   PLAN  DE  REDENCIÓN

Jesucristo, nacido de la Virgen María, vivió una vida perfecta ante la ley de Dios, murió por nuestros pecados, y resucitó victoriosamente de la muerte. La justicia de su vida perfecta nos es atribuida gratuitamente, de manera que somos aceptados y perdonados ante el Padre, a condición de reconocerle por la fe como nuestro Salvador y Redentor.


  LA  LEY  DE  DIOS

La ley de Dios expresa su carácter santo e inmutable y se fundmenta en el hecho esencial de que Dios es amor. La obediencia a sus preceptos demuestra la autencidad de nuestra fe, que actúa, motivadapor el amor a Dios y a nuestros semejantes.
Solo los actos motivados por un amor auténtico tienen valor delante de Dios.
Aceptamos la observancia del Sábado como día de descanso, así como lo expresa el cuarto mandamiento de la Ley de Dios.


 LA  EXPERIENCIA  CRISTIANA

La experiencia cristiana, comienza cuando comprendemosnuestra necesidad de Jesucristo.
Él es el centro, la base y el verdadero propósito de la vida.

Él es el Salvador y el Señor de los verdaderos creyentes. Consecuentemente con ello, todo pensamiento, decisión y acto de la vida deberá estar en armonía con su ejemplo y enseñanzas.
De esta forma, caminando tras las huellas de Jesús, se perfecciona el carácter y, por su gracia, vivimos con la esperanza de salvación eterna.