CUENTA ATRÁS
Lo
que tiene que pasar, pasará. Lo que está escrito se cumplirá.
Pronto el mundo vivirá una conspiración político-religiosa no
vista desde la Edad Media, y que dejará en nada a la gran película
“Eagle Eye”, en nuestro país “La Conspiración del Pánico”.
Si no la has visto te recomiendo que la veas para que puedas
comprender mejor este post.
Ya es bien cierto aquello de que “la realidad supera la ficción”. En este caso este dicho popular se cumplirá al pie de la letra. No se tratará de una conspiración contra un gobierno terrenal particular. No, no la cosa va mucho más allá del “eje del mal”, y de los gobiernos subversivos al orden mundial que se establecerá. Y, ¿quién lo establecerá? Según Apocalipsis 13, una bestia que surge de la tierra dará el poder a una bestia que sube del mar, a quien el dragón ha dado poder y autoridad.
Se trata de una tríada tremenda. Por un lado el poder del enemigo de Dios y del hombre, Satanás. Por otro lado, el poder político y el poder religioso combinados para dar órdenes y hacerlas cumplir. Como en la película muchos, y no sólo dos, serán manipulados para perseguir a la minoría que no acceda a pasar por el tubo del sistema. Unos pocos, no sólo dos, actuarán movidos por las instrucciones del “ojo que todo lo ve”, es decir, Dios. Muchos, finalmente se darán cuenta de la manipulación a la que están siendo sometidos por el poder político-religioso y, como el oficial del FBI de la película, reaccionaran y se darán cuenta de la inocencia de aquellos que siguen las instrucciones divinas.
Para aquellos que estamos familiarizados con las profecías de Daniel y Apocalipsis algunos eventos que están ocurriendo a nuestro alrededor están cargados de significado, y son el principio de lo inevitable, de aquello que sucederá. No hace muchos días se ha propuesto al Parlamento Europeo una declaración escrita sobre la importancia y necesidad del domingo como día de descanso para la familia. Nada raro, nada anormal. Para eso están los religiosos y para eso creen, pueden pensar muchos. Sin embargo, otros vemos en estas reuniones el preludio de lo que hemos venido llamando “la ley dominical” que marcará el principio del fin. Una ley dominical que será aprobada, y con el transcurso del tiempo impuesta y, por tanto, obligatoria en detrimento del sábado. Y lo más curioso de todo esto es que el país más influyente y poderoso del planeta tierra es favorable al domingo.
Pero, ¿qué más da sábado que domingo?, ¿es que a Dios le importa eso realmente?, pensarán algunos. Pues si. Cuando Dios habla no lo hace gratuitamente. En todas las Escrituras podemos observar una gran verdad: Dios es muy escrupuloso y celoso de su voluntad. Cuando Él habla espera que el hombre obedezca. Y si el hombre no obedece debe recibir las consecuencias de su transgresión. Ejemplos de esto son, por ejemplo, la desobediencia de Adán y Eva que abrió las compuertas del pecado y de la muerte (ver Génesis 2:16, 17; 5:5); la desobediencia con “premeditación y alevosía” de Acán y su familia al agenciarse algo que estaba totalmente prohibido y al mantener el botín escondido a pesar de las graves consecuencias que ese hecho acarreaba para el resto del pueblo (ver Josué 7:11, 12, 13, 14, 20); la temeridad aparentemente “bondadosa” de Uza que no era levita, y por tanto, no podía tocar el arca del pacto (ver Números 4:4, 5; Deuteronomio 31:9; 2ª Samuel 6:6, 7), la “justificada” acción de Saúl que contravenía la explícita orden de Dios (ver 1ª Samuel 15:17-23). En sentido positivo encontramos el ejemplo de Moisés a la hora de poner en práctica las instrucciones divinas para la construcción del santuario y la realización de sus servicios (ver Éxodo 40:16; Levítico 8:4). Es curioso que Moisés no modificó ni un ápice esas instrucciones. No se le ocurrió “mejorar” la instrucción divina introduciendo alguna corrección de su propia invención. Lo mismo ocurre con Jesús. Él es claro cuando nos dice que los que no entrarán en el reino de los cielos son aquellos que modifican, alteran y “mejoran” sus palabras, a pesar de llamarle Señor (ver Mateo 7:21), porque el cielo y la tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán (ver Mateo 24:35).
La Escritura no da lugar a malinterpretar cual es el día de descanso verdadero que Dios ha bendecido y ha santificado y ha dado por señal a su Pueblo para que sepan que él es el Dios Creador. El domingo es un sucedáneo, es un invento humano, una “mejora” (mejor decir manipulación) de la verdad. Manipulación que empezó a ser denunciada a partir del siglo XIX cuando Dios levantó a un pueblo para rescatar algunas verdades que seguían sepultadas bajo los escombros del error y de la tradición.
En este mundo existen dos “eagles eyes”. Uno lleva al error y el otro a la verdad. Unos, los que siguen al “eagle eye” terrenal acabarán persiguiendo, y los otros, los que siguen al “eagle eye” celestial acabarán siendo perseguidos acusados de traición. Es lo de siempre (Caín vs. Abel; Jesús vs. Líderes religiosos de su tiempo; Pablo vs. Judaizantes; Cristianos vs. El poder papal medieval), pero en un contexto diferente. ¿No te lo crees? Al igual que Jesús sólo te puedo decir: “Te digo esto de antemano, para que, cuando suceda, creas” (ver Juan 14:29).
Cuando los poderes fácticos anulen la ley de Dios y la invaliden, entonces habrá llegado el momento para que el verdadero y eterno “Eagle Eye”, actúe. No temas a la acción del “eagle eye” terrenal que te puede quitar la vida, pero nunca la vida eterna (ver Mateo 10:28). No te equivoques y asegúrate bien que “eagle eye” te está dirigiendo.