DESPOJARSE DEL YO.
" El anhela derramar sobre nosotros su Espíritu Santo en abundante medida y nos ordena que limpiemos el camino poe el renunciamiento.
Cuando entreguemos el yo a Dios, nuestros ojos serán abiertos para ver las piedras de tropiezo que nuestra falta de cristianismo ha colocado en el camino ajeno. Dios nos ordena que las eliminemos todas. Dice: " Confesaos vuestras faltas unos a otros y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos "
" Cuando uno ha quedado completamente despojado del yo, cuando todo falso dios es excluido del alma, el vacío es llenado por el influjo del Espíritu de Cristo."
" La ocasión exige mayor eficiencia y consagración más profunda. Clamo a Dios: Suscita y manda mensajeros llenos de un sentimiento de su responsabilidad, hombres en cuyos corazones la egolatría, que es la raiz de todo pecado, haya sido crucificada; que estén dispuestos a consagrarse sin reserva al servicio de Dios; cuyas almas sientan el carácter sagrado de la obra y la responsabilidad de su vocación; que hayan decidido no ofrecer a Dios un sacrificio mutilado, q¡ue no cueste esfuerzo ni oración "
" Ningún hombre puede despojarse del yo por sí mismo. Sólo podemos consentir que Cristo haga esta obra. Entonces el lenguaje del alma será:
Señor, toma mi corazón; porque yo no puedo dártelo. Es tuyo, manténlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por ti. Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame, fórmame, elévame a una atmósfera pura y santa, donde la rica corriente de tu amor pueda fluir por mi alma.
" No sólo al comienzo de la vida cristiana ha de hacerse esta renuncia al yo. Ha de renovársela a cada paso que se dé hacia el cielo "
" No hay nada que ofenda tanto a Dios, o que sea tan peligroso para el alma humana, como el orgullo y la suficiencia propia. De todos los pecados es el más desesperado, el más incurable."
" No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo obre sobre su corazón y vive una vida enteramente consagrada a Dios"
" El ministerio de Dios debe de poseer humildad en un grado eminente. Aquellos que tienen la experiencia más profunda de las cosas de Dios son los quw más se alejan del orgullo y ensalzamiento propio. Por tener un alto concepto de la gloria de Dios, comprenden que el lugar más humilde en su servicio es demasiado honorable para ellos ".