ESTAR DISPUESTO A SER USADO Y GUIADO POR EL ESPÍRITU
" Cristo prometió el don del Espíritu Santo a su iglesia, y la promesa nos pertenece a nosotros tanto como a los primeros discípulos. Pero como toda otra promesa, nos es dada bajo condiciones. Hay muchos que creen y profesan aferrarse a la promesa del Señor; hablan acerca de Cristo, y acerca del Espíritu Santo y sin embargo no reciben beneficio alguno.
No entregan su alma para que sea guiada y rigida por los agentes divinos. No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros . Por el Espíritu obra Dios en su pueblo " así el querer como el hacer " por su buena voluntad, pero muchos no quieren someterse a eso, quieren manejarse a sí mismos.
Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial. Sólo aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener su dirección y gracia , se da el Espíritu "