NECESIDAD DE LA REFORMA
" Un movimiento de la verdadera piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de todas nuestras necesidades . El buscar esto debe ser nuestro primer trabajo, debe ser un esfuerzo ferviente para obtener la bendición del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a otorgarnos su bendición, sino porque no estamos preparados para recibirla.
Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden, que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos. Pero constituye nuestra tarea, por medio de la confesión, la humillación, el arrepentimiento y la oración ferviente, el cumplir las condiciones en virtud de las cuales Dios ha prometido concedernos su bendición."
" El pueblo de Dios no soportará la prueba a menos que no haya un reavivamiento y una reforma . El Señor no admitirá en las mansiones que está preparando para los justos, una sola alma que sea presentuosa"
" Se necesita una reforma entre el pueblo de Dios, pero ésta debe comenzar su obra purificadora con los ministros"
" Debe producirse una reforma en el pueblo de Dios"
" Debe realizarse un reavivamiento y una reforma reforma bajo la ministracción del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes.
El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del corazón , una resurrección de la muerte espiritual.
La reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y las teorias, en los habitos y las prácticas. La reforma no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada con el reavivamiento del espíritu.
El reavivamiento y la reforma han de realizar la obra señalada y al hacer esta obra ambos deben combinarse.
" Hermanos míos, el Señor nos está hablando ¿ No eschucharemos su voz ? ¿ No aderezaremos nuestras lámparas, para actuar como hombres que esperan la avenida de su Señor ? El momento actual exige que llevemos la luz y actuemos"
" Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos".