LA
EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN
Con
amor y misericordia infinita Dios hizo que Cristo, que no conoció
pecado, fuera hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiesemos
ser hechos justicia de Dios en él. Guiados por el Santo Espíritu
experimentamos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad,
nos arrepentimos de nuestroas transgresiones, y ejercemos fe en
Jesús, como Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo.
Esta
fe que recibe salvación nos llega por medio del poder divino de la
Palabra y es un don de la gracia de Dios.
Mediante
Cristo somos justificados, dotados como hijos e hijas de Dios y
librador del señorio del pecado. Por medio del Espíritu nacemos de
nuevo y somos santificados; el Espíritu renueva nuestra mente, grava
la ley de amor de Dios en nuestros corazones y nos da poder para
vivir una vida santa.
Al
permanecer en él somos participantes de la naturaleza divina y
tenemos la seguridad de la salvación ahora y en ocasión del juicio.