Las recompensas del sacrificio de Cristo
La intercesión sacerdotal de Cristo se lleva a cabo ahora en favor de nosotros en el santuario de lo alto. Pero cuán pocos complenden realmente que nuestro gran Sumo Sacerdote presenta ante el Padre su propia sangre, pidiendo para el pecador que lo recibe como su Salvador personal todas las mercedes que abarca el pacto de Cristo como la recompensa de su sacrificio. Ese sacrificio lo hace plenamente capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que se allegan a Dios por él y se dan cuenta que él vive para interceder por ellos.