El que abre su corazón a las sugestiones del enemigo permitiendo que entren malas conjeturas y alberga recelos, con frecuencia interpreta mal estos nocivos pensamientos y los llama perspicacia especial, discriminación o disernimiento para detectar culpas y sondear los motivos indebidos de otros.
Considera que le ha sido otorgado un precioso don, y se aparta precisamente de los hermanos con quienes deberia estar en armonía, se une al asiento del juez y cierra su corazón al que supone que está en error, como si él mismo estuviera por encima de toda tentación. Jesús se separa de él y lo deja que camine en la luz de las chispas que él mismo ha encendido.
Ninguno entre vosotros continúe gloriándose contra la verdad al declarar que este espíritu es una consecuencia necesaria de tratar fielmente con pecadores y de mantenerse en defensa de la verdad . Tal sabiduria tiene muchos admiradores, pero es muy engañosa y dañina . No procede de lo alto sino es producto de un corazón no regenerado. Su originador es Satanás. Ningún acusador de otros se gloríe de tener discernimiento, pueds al hacerlo cubre los atributos de Satanás con las vestiduras de justicia.
Purifacar el templo del alma de todas estas cosas que contaminan, pues son raíces de amargura.